jueves, 8 de abril de 2010

Nunca fuimos eternos

Nada hay de mi
en todo esto;
ni un solo suspiro
ni la respiración entrecortada,
ni la promesa de un atardecer.

Nada hay de mi ni de ti
en el aire que no compartimos,
en el sudor que corroerá la muerte,
en estas palabras que escribo al viento.

Por que no fui yo
ni fuiste tú
los que nunca fuimos eternos;
los que podrían romper paredes
y alzarse sobre los altos techos
con tan solo el latido de un corazón.

Por que no supiste detentar
la alta gloria de tan altos cielos
ni mi piel supo ser
desnuda sed para la sed de tus manos.

Por todo eso,
nada hay ya de ti o de mi
en la noche sin tu nombre,
en la noche en que no te llamo.

1 comentario:

jose antonio alonso dijo...

pues este es el que más me gusta,de momento.

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