Hubiera preferido
que siguiera lloviendo.
No este ave que grazna a lo lejos;
ni las ronchas de plástico
contra la mala hierba,
entre las vías muertas
de trenes vencidos.
Hubiera preferido
esta lluvia dulce y serena,
un sendero que lleve al mar
bajo el acantilado,
la paz de un cielo profundo,
la promesa de un día nuevo,
olas como espadas de espuma.
Hubiera preferido
el olor a tierra mojada
de bosques lejanos.
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