No creo en los cementerios
Paul Bowles
Es difícil dormir
con la cabeza entre las sombras,
el aire henchido de luna
sobre los altos techos,
cuando todo se revuelve
y el silencio es artero
y es tenaz y siniestro.
Cuando el polvo cubre el cielo
del paladar, el fondo
de la garganta, el pecho
mordido de miserias;
como la sombra
en que se hunde mi cabeza.
Todo lo demás es existir,
y probablemente sea indigno,
como indigno es el ladrido
lejano en la vieja medina,
la mugre sobre los párpados.
El silencio solo pide silencio
ni perdón ni olvido,
solo silencio.
Marruecos, Marzo del 2009
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